Claves De La Literatura Hispanoamericana según Guillermo De Torre
Bárbara Rebolledo.
A pesar de la abundante cantidad de información que existe sobre la literatura hispanoamericana, no existe un marco teórico que la agrupe de acuerdo a alguna visión.
Desde siempre se cuestiona la existencia de una literatura exclusiva de Hispanoamérica, que reúna características propias y que la diferencie de otras literaturas. A pesar de que muchos académicos piensan que el obstáculo inicial acerca de la delimitación de lo que puede tomarse como literatura hispanoamericana está saldado, el cuestionamiento permanece en el tiempo como una espina que no se ve, pero que clava ante el más mínimo roce.
La situación que respalda esta duda es el desconocimiento de obras maestras propias de nuestra literatura que no tengan influencias tan marcadas de, por ejemplo, la literatura europea.
Es cierto que contamos con grandes escritores, conocidos por marcar con sus escritos grandes etapas de la historia. Pero es justamente aquí, donde la inexistencia de un pensamiento común nos juega una mala pasada, ¿desde cuándo podemos empezar a hablar de literatura hispanoamericana? Acaso cuándo Colón comenzó a escribir nuestra historia no empezó a construir la literatura hispanoamericana. Dónde dejamos el Popol Vuh y Chillan-Ballam, escritos que explican la vida de los habitantes de América. No se puede pensar que la historia de la literatura Hispanoamérica comienza, al igual que la historia de nuestro continente, con la llegada de los españoles. Ya que estaríamos arrancando los primeros siglos de la historia de nuestro continente. También es necesario establecer que en la literatura hispanoamericana nada tienen que ver las nacionalidades, ya que grandes obras hispanoamericanas corresponden a escritores españoles, tal es el caso de La Araucana, obra de Alonso de Ercilla.
Lo que nos une a los escritores españoles de la conquista, además de nuestra lengua, es la situación histórica y la visión de América como una realidad especial compartida con los aborígenes de ese entonces, en la cual todos son americanos.
A pesar de que la literatura hispanoamericana se desprende del mismo tronco que la española, cabe señalar que no mantienen el mismo ritmo evolutivo, ya que América partió más tarde.
A pesar de que hay estudiosos que pretenden comparar las grandes obras universales con algunas americanas, es imposible comparar tiempos, movimientos literarios y pretender comparar la producción literaria.
La literatura hispanoamericana nace impura y así se desarrolla, todo calza en ella, los movimientos se fusionan y evolucionan, nada es puro, ya que no hay escuelas formalistas como en Francia. Este aspecto es el que llena de originalidad a nuestra literatura.
Mucho se habla del porqué del nombre Hispanoamérica y porqué no otro nombre y la respuesta es que en este nombre se engloban la totalidad de las lenguas de habla hispana.
Volviendo al tema de la existencia de la literatura hispanoamericana entenderemos que a pesar de la unificación de los territorios y de la lengua en común no existe una única literatura hispanoamericana, sino muchas, las cuales se corresponden con la totalidad de los países de Hispanoamérica, ya que cada país contempla sus clásicos y sus modernos; y cada uno de ellos pretende dar a conocer una visión particular de la historia que les atañe sólo a ellos.
Como expresada a través de un idioma vivo, no podemos pretender que la literatura española desaparezca para dar paso a la literatura hispanoamericana, la cual según algunos estudiosos aun no ha llegado a constituirse, pero que como sabemos ya tiene mucho tiempo de desarrollo.
Antes de seguir adelante, cabe distinguir entre dos términos a los cuales la crítica ha llegado por común acuerdo y praxis histórica, con el fin de no confundir dos conceptos y dos doctrinas substancialmente distintas: el indianismo y el indigenismo. El primero floreció bajo la defensa romántica y modernista. El último se dio con la escuela realista. Si el indianismo es una tendencia literaria que llega desde fuera, el indigenismo es un movimiento propiamente americano que colma los límites de la ficción, es incluso un término político antes de ser literario y que se da con mayor fuerza en los países donde la presencia india es significativa.
En resumen, podemos decir que si bien la literatura hispanoamericana está en construcción, ya presenta claros avances y se encamina a diferenciarse por completo de otras tendencias escriturales. El desconocimiento de la historia y la ignorancia de las capacidades de nuestros escritores nos han llevado a veces a perder el rumbo y a desviar la mirada. Sin embargo, mantengo la fe puesta en que Hispanoamérica va a ser grande, ya que de a poco está empezando a reconocer sus raíces y a considerar lo valioso que es aceptar que provenimos de una cultura rica en manifestaciones artísticas y que todo lo que seamos en el futuro es la herencia de nuestros antepasados precolombinos.
miércoles, 6 de junio de 2007
DISCRIMINACIÓN NO ES EDUCACIÓN
Pensado por BÁRBARA en 22:09 Etiquetas: conciencia, educacion, identidad
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