miércoles, 15 de noviembre de 2006

Torpes Simbolos Arbitrarios

Las palabras del idioma analítico de John Wilkins no son torpes símbolos arbitrarios; cada una de las letras que las integran es significativa, como lo fueron las de la Sagrada Escritura para los cabalistas. Mauthner observa que los niños podrían aprender ese idioma sin saber que es artificioso; después en el colegio, descubrirán que es también una clave universal y una enciclopedia secreta. Ya definido el procedimiento de Wilkins, falta examinar un problema de imposible o difícil postergación: el valor de la tabla cuadragesimal que es base del idioma. Consideremos la octava categoría, la de las piedras. Wilkins las divide en comunes (pedernal, cascajo, pizarra), módicas (mármol, ámbar, coral), preciosas (perla, ópalo), transparente (amatista, zafiro) e insolubles (hulla, greda y arsénico). Casi tan alarmante como la octava, es la novena categoría. Esta nos revela que los metales pueden ser imperfectos (bermellón, azogue), artificiales (bronce, latón), recrementicios (limaduras, herrumbre) y naturales (oro, estaño, cobre). La belleza figura en la categoría decimosexta; es un pez vivíparo, oblongo. Esas ambigüedades, redundancias y deficiencias recuerdan las que el doctor Franz Kuhn atribuye a cierta enciclopedia china que se titula Emporio celestial de conocimientos benévolos. En sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen en (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, (1) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas. El Instituto Bibliográfico de Bruselas también ejerce el caos: ha parcelado el universo en 1000 subdivisiones, de las cuales la 262 corresponde al Papa; la 282, a la Iglesia Católica Romana; la 263, al Día del Señor; la 268, a las escuelas dominicales; la 298, al mormonismo, y la 294, al brahmanismo, budismo, shintoísmo y taoísmo. No rehúsa las subdivisiones heterogéneas, verbigracia, la 179: "Crueldad con los animales. Protección de los animales. El duelo y el suicidio desde el punto de vista de la moral. Vicios y defectos varios. Virtudes y cualidades varias."

Borges, J.L (1960): OTRAS INQUISICIONES. Buenos Aires, Emecé Editores.

La Mente


"Supongamos que una persona decida investigar sobre la mente y su funcionamiento: se encontrará con un número limitado de posiblidades respeto de qué mirar y cómo proceder. Puesto que tiene una mente, tiene la posibilidad de mirar y analizar su propia mente. Y lo que normalmente entendemos por "analizar" es separar algo en todos sus componentes, tratar de encontrar los más pequeños elementos que lo conforman y analizar cómo se relacionan entre sí. Y eso es lo que tanto las primeras escuelas de Abhidharma, en el budismo, como el introspeccionismo, en psicologia, intentaron hacer. Sin embargo, una diferencia sustancial entre ambas radicaba en el método. Desde el punto de vista budista, los introspeccionistas no sabían cómo observar su propia mente, puesto que no tenian método de meditacion. Podria decirse que los introspeccionistas no examinaban en absoluto la mente. Se limitaban simplemente a reflexionar acerca de sus pensamientos, entrampados en sus preconcepciones sobre la mente".

Varela, F (1997): UN PUENTE PARA DOS MIRADAS. Santiago, Dolmen ediciones.

Estado de Conciencia

"Hay dos modos de conciencia:una es luz, y otra paciencia.Una estriba en alumbrar un poquito el hondo mar; otra, en hacer penitencia con caña o red, y esperar el pez, como pescador.Dime tú: ¿cuál es mejor? ¿Conciencia de visionario que mira en el hondo acuario peces vivos, fugitivos,que no se pueden pescar o esa maldita faena de ir arrojando a la arena, muertos, los peces del mar?"
Antonio Machado.

La Superficie

"La diferencia entre una semiologia integracional y una semiologia estructuralista de la escritura es más evidente cuando se analiza el modo en que las combinaciones de signos escritos pueden articularse para formar un mensaje escrito.

El enfoque estructuralista toma como punto de partida una combinación dada de formas: empieza por una abstracción descontextualizada, que espera ser escrita. El enfoque intregracional, por el contrario, comienza por la superficie en blanco, considerada como el punto esencial de contacto entre el escritor y el lector. Cualquiera sea la integración que exista entre las actividades de uno y otro, se necesita una superficie como lugar para esa intergación.De ahí se sigue que la superficie semiológica no es necesariamente una superficie en el sentido físico, aunque en muchos casos lo sea. (Sería simplemente un área en la cual las formas están reunidas para que el lector las procese."Harris, Roy (1999): SIGNOS DE ESCRITURA. España, Editorial Gedisa.