Luego de que la sociedad ha pasado por una situación de riesgo es más vulnerable a sistemas económicos inescrupulosos, el miedo a volver a la misma situación los hace manejables y propensos a la indecisión.
En el caso de chile, la situación no es diferente, luego del gobierno de la unidad popular y del posterior gobierno militar la sociedad estaba asustada, en constante amenaza de peligro. Es aquí cuando surge el sistema neoliberal, la privatización, el estado como un mero árbitro que llama a concurso para subsidiar sus recursos.
Se puede citar muchos ejemplos, uno de ellos es el caso de las cárceles concesionadas, una empresa externa al estado ofrece el servicio, opera como un hotel al que se le paga por el arriendo de una habitación. La empresa privada asume todos los costos y los riesgos que conlleva la nueva cárcel, se contrata a los gendarmes, se dan las comidas, la distracción de los presos, todo. El estado paga por los servicios pero no asume nada más. Es aquí donde surge el problema, ya que al ser el estado un agente externo al problema no puede intervenir, no puede inmiscuirse en los asuntos que le competen a la empresa en cuestión. Pero, qué ocurre con los derechos que tienen las personas que están dentro de la cárcel, derechos que les corresponden como ciudadanos del estado de Chile. Sí el estado no participa en los servicios, tampoco se preocupa de los problemas de las personas que están dentro de la prisión.
Ahora bien, otro caso es el de las carreteras concesionadas, Chile paga por construir carreteras para que sus ciudadanos puedan transitar por el país, a su vez estos ciudadanos pagan por pasar por las carreteras… entonces que ocurre con los derechos, quién vela por que se cumplan los derechos de los ciudadanos, estamos en situación de vulnerabilidad, cada uno de nosotros está inserto en una sociedad neoliberal que no funciona por sí sola sino que necesita de un aparato privado para hacerla funcionar. Qué pasa cuando los carabineros deben ingresar a estas carreteras, deben tener un TAG. En estos casos, los riesgos son asumidos por los ciudadanos, en cualquier caso, son los más pequeños los que pagan los costos.
Otro problema que surge al participar de una economía neoliberal es el riesgo de no tener recursos propios, el estado de Chile ha subsidiado el agua, la luz, el teléfono, el gas, el petróleo, el papel, el sistema de redes de alcantarillado, etc. Es cierto que aún nos queda CODELCO, una empresa que saca el cobre y lo exporta, pero de qué sirve si vendemos a precio de huevo. Mandamos el cobre a estados unidos y compramos complejas redes de sistemas computacionales o cables de electricidad. Vendemos a un peso y compramos a cien.
La vida se nos ha hecho más compleja con este nuevo sistema, puesto que se supone que una economía neoliberalista tiene resultados inmediatos porque dura poco, ahora simplemente hemos accedido a no tener nada, a dejarnos gobernar por un estado pequeño que se aloja dentro de nuestro estado. No hay reglas para una sociedad que se ha dejado influenciar y se ha vendido al mejor postor. Todo depende de la forma en que se trabaje en el sistema privado.
Los derechos básicos de los ciudadanos también han sido concesionados, la salud pública ha dado paso a las clínicas, la educación pública ha dado paso a nuevas universidades y a nuevos colegios, el trabajo ya no depende del estado tampoco, sino de las empresas privadas. Es por esto que la gran fuerza laboral de nuestro país está determinada por la pequeña y mediana empresa, las cuales han sobrevivido a pesar de las grandes transnacionales.
Para finalizar, tomaremos como ejemplo concreto el caso de la feria Lo Valledor de Santiago.
Aquí circulan más de 60000 personas todos los días, Es el principal centro de abastecimiento de frutas y verduras de Chile y el tercero en Latinoamérica. Lo Valledor genera más de 7 mil millones de pesos cada año. Un negocio redondo que nació como la simple unión de un grupo de chacareros de Santiago, hace ya cuatro décadas.
Lo Valledor es una ciudad oculta y desconocida. Aquí reina el dinero en efectivo y la droga causa estragos. Lo Valledor, que se levanta en General Velásquez al sur poniente de Santiago, tiene más de 30 hectáreas de extensión. Desde el aire se observa cómo esta organizada en cuadras.
En algunos sectores los comerciantes con más dinero han construido grandes bodegas para guardar la mercadería mientras que en otros lugares, los feriantes más chicos simplemente se instalan sobre la calle con sus vehículos.
Estos locatarios denuncian que la directiva, a sus espaldas, ha creado sociedades anónimas con la que se han ido apoderando de lo Valledor, arrebatándoselo a sus verdaderos dueños. de Lo Valledor, depende casi 1 millón y medio de personas, entre agricultores, transportistas y comerciantes de ferias libres. La Feria de Lo Valledor nació en 1968, impulsada por un sindicato de chacareros de la Vega Poniente. En forma simbólica, los fundadores llegaron en caravana a un sitio de 3 hectáreas que hace cuatro décadas le entregó la Municipalidad de Santiago. En 40 años, con algunas crisis de por medio, este mercado ha crecido notablemente. Su principal ingreso es el peaje que pagan los vehículos de clientes y de comerciantes para entrar al recinto. Un cobro polémico. Es un negocio redondo. Las tarifas van desde 1.300 pesos diarios los vehículos pequeños hasta 50 mil pesos los camiones. Y si van con acoplado, hasta 120 mil pesos. Gracias a estas tarifas, se recaudan 7 mil 400 millones de pesos anuales, cuya administración está en manos de las 9 personas que componen la directiva. Este negocio siempre ha sido conflictivo. Tanto por su alto valor como por el desconocimiento del destino de esos millones. En 1991, los feriantes estuvieron a punto de amotinarse porque les habían subido el valor de los peajes. La Feria Lo Valledor es el corazón del comercio de frutas y verduras de Chile. A nivel latinoamericano, es la tercera en importancia. Los guardias están contratados por la administración para brindar seguridad. Y pareciera ser que, combatir el tráfico y consumo de drogas, no está entre sus tareas. Los comerciantes que se oponen al directorio están desesperados. Hoy se organizan para tomar nuevas medidas. Algunos, más que miedo, confiesan mucha rabia. Sienten que el directorio debería estar bajo su mandato y no al revés. Esta comunidad pertenecía casi un cien por ciento a los comuneros. Y a través de un proceso hoy en día esa comunidad le pertenece a terceros y solamente y cerca de un quince por ciento a los comuneros que existen hoy día. Este ejemplo nos muestra como una sociedad pública pasó a manos de privados. Hoy en día el total de las ganancias está en manos de unos cuantos que se han hecho ricos a coste de robos.
Los riesgos que se asumen son varios, al extremo de que nadie cuenta con contratos, ni con previsión, los sistemas de salud tampoco les apoyan. La seguridad tampoco los protege, ya que está siendo manejada por gente corrupta. Al parecer el neoliberalismo consumió a la sociedad. La oferta y la demanda dieron paso a la corrupción y a la desigualdad. Como siempre el estado, llámese este País de Chile, no toma cartas en el asunto. Puesto que esto excede de sus funciones. La sociedad de la feria se vendió, o mejor dicho, fue vendida sin que los pequeños ciudadanos se dieran cuenta.
En conclusión, podemos darnos cuenta de cómo la sociedad en general, el estado o nación de derechos nos ha dado vuelta la espalda para ahorrase funciones. Estamos viviendo en un país gobernado por pequeñas potencias dentro de nuestro gran país. Cada uno de nosotros tiene la misión de buscar su propio nicho, a través de la educación hemos visto una manera de escalar posiciones, aunque la economía, el mercado nos ofrezca cada día nuevas alternativas para regular nuestras maneras de vida. No tenemos identidad, hemos pasado de ser una sociedad en construcción, a una prefabricada, somos el país incubadora de desigualdades, ya no vale la pena luchar por cosas que no se relacionan con el dinero, hoy es necesario tener algo que ofrecer y alguien que nos lo compre. Todos tenemos un precio y somos susceptibles de vendernos. Todo sube, todos los precios tienen un factor de riesgo, pero el sueldo no sube. Pareciera que el mundo nos dice que todo tiene un valor agregado, pero las necesidades no lo tienen, otra vez el pequeño hombre vive sin poder satisfacer sus necesidades básicas, ahora el sistema imperante es el dinero, compro lo que puedo y si no puedo me endeudo. Pareciera que este postulado es el más importante hoy en día. El único progreso evidente es el de las grandes potencias, Chile sigue empobreciéndose, sigue siendo un pequeño país con grandes aspiraciones.